Brujería en los tiempos del siglo XXI

Deshacer un trabajo de Brujeria

Si vives en Latinoamérica, es seguro que existe un mercadillo en tu zona donde puedes encontrar de todo. Desde vegetales, lácteos, frutas, comida para mascotas... hasta velas, pociones, hierbas y fetos de animales disecados para hacer brujería. Sí, aún en el siglo XXI persiste a brujería como el receptáculo más claro de que la humanidad sigue creyendo en dioses paganos, en demonios y en poder de hechizos que han sobrevivido por siglos en la mente de las personas.

En este mundo lleno de cables, tweets, facebook y realidad virtual, aún podemos encontrar brujas, chamanes, creencias e historias que han viajado de generación en generación sin que las nuevas tecnologías rompan con su fuerza y su poder ancestral. 

La magia blanca contra la magia negra

Como en toda expresión puramente humana, la magia tiene dos lados que persisten hasta hoy. En las radios, en los programas de televisión y en Internet puedes encontrar diversos hechizos de magia blanca fáciles de hacer y que, sobre todo, no dañan a nadie. Esa parece ser la premisa de la magia blanca, un acto inofensivo que busca beneficiar, sanar o mejorar ciertas situaciones de la vida cotidiana. También puede usarse para "limpiar" el aura y las malas vibras. Las flores, la miel, la canela, el azúcar, son ingredientes comunes de estos hechizo express, muy diferentes a los que se suele usar en la magia negra.

A pesar de su poder oscuro, la magia negra también puede ser encontrada en nuestro día a día. Obviamente no está en los medios de comunicación, pero sí en las calles, en los mercados tradicionales. en los avisos de amarres y hechizos de amor. Su presencia se pasea por las calles como un llamado constante a las personas que están desesperadas, que quieren resultados a cualquier precio.

Los objetivos de la magia negra siempre son negativos y por tanto tienen un precio. Por eso, los ingredientes que usan los chamanes y las brujas siempre son escalofriantes, pueden ser abortos de animales, la propia sangre, huesos humanos son los precios por ganar peleas, causar enfermedades e, incluso, pedir la muerte de los enemigos.

Ni el avance de la ciencia, ni la tecnología, ni la educación ha apartado a la humanidad de los misterios de la magia. Esta parte del ser humano sigue viva, tal vez más que nunca como respuesta a un mundo "muy real". 

 

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