
Hace unos años existió una mujer llamada Angélica, quien era una prostituta a quien le llegaban clientes con frecuencia pues era la mejor del lugar donde trabajaba y era una mujer verdaderamente hermosa y sensual, esta mujer de la vida galante todos los días tenía que trabajar en ese lugar, cosa que disfrutaba pues aparte de que ganaba mucho dinero, los clientes que atendía eran apuestos y fornidos. Para ella era una gloria trabajar ahí.
Un día como cualquier otro la mujer se encontraba charlando con un hombre que había pagado para acostarse con ella, pero en en ese momento, a las puertas de la cantina llego un hombre de saco grande color negro, de cara pálida y unos impresionantes ojos grises. Todos guardaron silencio y observaron a aquel hombre que miraba a todas las mujeres que estaban ahí con una mirada fría y penetrante, cuando su mirada se fijó en Angélica, ella sonrió y este le devolvió la sonrisa y dijo.
"pagaré por acostarme con Angélica".
A lo que ella respondió - "Lo siento, pero ya me apartaron"
El hombre misterioso volteó a ver al que había pagado primero por Angélica y éste, como si algo lo obligara, salió de la cantina.
Angélica dijo - "bueno ya estoy desocupada".
Los dos entraron a una habitación y ella le dijo.
¿y cómo quieres empezar?
el hombre sonrió y le dijo
Verás, no hay necesidad de acostarme con algo ya muy usado, solo que necesito que seas madre de mi hija, una niña a la cual yo quiero crear
Angélica sonrió y le dijo - ¿es broma verdad?
Él le contesto - no, esto es pura verdad
La mujer, oliendo el peligro, trató de salir de ahí pero el hombre la detuvo y le dijo que si no aceptaba él se encargaría de torturarla y de matar a sus padres, Angélica por supuesto no entendía lo que decía el hombre, pero le dijo.
¿Pero como, no entiendo?, ¿quien es usted?
El sonrió y le contesto - soy satanás mismo
La mujer se negó por segunda vez y no le creía al hombre, pero este la jaló con fuerza y puso su mano en el vientre de la mujer.
Angélica empezó a sentir dolor y luego vio una luz roja salí de la mano del hombre.
Listo, ya eres madre, un feto crece en ti y si tratas de matarla todo lo que amas, morirá.
El hombre desapareció dejando un horrible olor a azufre, Angélica toco su vientre y salió de la habitación llorando, todas sus compañeras le preguntaron que le pasaba pero ella no respondía y salió de la cantina corriendo directo a su casa con sus padres, ella les contó todo a su padre, quien alguna vez fue un demonólogo. Le creyeron, pero ella aún no lo podía creer, tenía que cuidar a la niña que crecía en su Interior pues lo único que tenía eran sus padres y no quería perderlos.
Pasaron 16 años de esto y la niña nació y creció, sus ojos eran grises como los de aquel hombre pero su corazón no era maligno, ya que creció a lado de un hombre de bien que se casó con Angélica meses después de que ella diera a luz a esta bebe, cuyo nombre era Eva. La hija de Angélica era una chica de corazón noble y eran una familia feliz, pero Angélica guardaba el secreto de quién era el padre de Eva. Decía que era de un hombre que la abandonó al enterarse de su embarazo.
Mientras pasaba el tiempo, una idea no dejaba la cabeza de Angélica y era para qué quería el diablo a Eva y si algún día la visitaría. Un día Eva se encontraba platicando con su madre...
Mami, mi padre me visitó en la noche, él me dijo que pronto se volverán a ver.
Angélica se sorprendió al escuchar estas palabras de su hija y entonces le dijo:
Hija qué dices, yo miro a tu padre todos los días.
La niña hizo un gesto de burla y dijo. - Mami no me refiero a Ignacio (así se llama el esposo de Angélica), ambas sabemos que mi padre es el diablo.
Angélica miró a su hija, quien leía la biblia y rezaba, ella le pregunto - ¿cómo lo sabes?
La niña contesto - él me lo dijo, estoy asustada, no quiero volver a verlo, ¿crees que dios me oiga y me ayude?
Angélica se acercó a la joven la abrazo, entonces le contestó: Claro mi hija, dios te escucha, perdóname - Angélica soltó unas lágrimas y consoló a la niña.
La noche había llegado y el esposo de Angélica tenía que ir a trabajar como velador. Las dos se quedaron solas y con miedo, la obscuridad reinaba en cada rincón de la casa, la niña estaba tapada con la cobija y las dos dormían juntas, cuando Angélica empezó a percibir un olor a azufre y entonces el terror recorrió todo su cuerpo y tapó su cara con la cobija.
De pronto, sintió una mano que recorría su pierna izquierda ella se quitó la cobija de la cara y ante ella estaba el mismo hombre que había visto en la cantina años atrás, ella trató de gritar pero el hombre la besó en los labios y ella se empezó a secar hasta quedar como una calavera, entonces él se rio y se acercó a Eva, pero al quitar las cobijas ella ya no estaba y la ventana de la habitación estaba abierta.
Eva había escapado mientras él besaba a su madre. Eva corría por las calles en busca de su padrastro, pero para llegar tenía que pasar un pequeño desierto, iba llorando y en un momento en el que secó sus ojos vio una bola de fuego enorme justo en frente de ella y después vio una figura humana. Era un joven de cabellera larga y, al igual que ella y su padre, con unos hermosos ojos grises, este miro a Eva y le dijo:
Hola - le sonrió y ella le dijo - ¿tú quien eres?
El le respondió - Soy tu hermano, pues a mi madre también la embarazó el diablo.
Me tienes que ayudar, nuestro padre me persigue.
El chico sonriendo le dijo - precisamente por eso estoy aquí, el diablo me quería a mí para ser el anticristo, yo me escapé y como ni me bautizaron fui a que me bautizaran pero de los poderes que el diablo me otorgó al nacer no me pude deshacer y los uso en su contra, ahora a ti te quiere para lo mismo y no estas bautizada, solo así te dejara en paz, así que vamos con unos amigos míos.
Él le estiró la mano y ella lo aceptó, juntos fueron como una bola de fuego y llegaron a un templo muy alejado, entraron y había varios hombres con traje de monje, en el centro había una pila bautismal y un hombre de blanco a lado de esta, Eva volteó a ver a su hermano y este le dijo que se acercase a la pila. La chica fue directo a esta pero justo cuando estaba por llegar, la pila voló en mil pedazos. Luego, de un rincón obscuro salió el demonio aplaudiendo.
-Qué bien, oh vamos hija, no recuerdas el mandamiento de honrarás a tu padre y a tu madre, ¿que pasó conmigo?.
La joven le dijo - déjame en paz, mi creador es dios.
El diablo se comenzó a reír y le dijo - Dios ni siquiera sabe que existes, porque yo te creé.
La niña fue atacada por el demonio y su hermano le dijo al satanás:
Déjala padre apenas es una niña
Satanás miro al chico y dijo: Miren a otro traidor - él se acercó al joven y le dijo - primero te mataré
El joven estaba asustado pero si algo olvidó el diablo es que nunca le debe darle la espalda a su enemigo y él se la dio a Eva, quien se armó de valor y tomo un crucifijo de fierro y punta filosa que había salido volando junto con la pila y sin pensarlo más se lo encajo por la espalda al demonio. Este gritó fuertemente, asustando al hermano de Eva y ella le dijo a su padre - vuelve a infierno, el poder de cristo te lo manda- el demonio se empezó a deshacer como si fuera una paleta y después desapareció. Eva puso el cristo en una mesa y salieron del templo junto con su hermano. tiempo después Eva descubrió sus poderes, pero no los usa, ella vive con su padrastro y hermano en tranquilidad pues a ella la bautizaron después.
Autor Original: Susana Granados